La filosofía de la educación no solo se reflexiona qué es la educación, cómo se da la educación, sino y sobre todo su finalidad. La educación debe servir para algo. Tuve la oportunidad de preguntarles a algunos estudiantes para qué sirve la educación. Sus repuestas fueron variadas: para ser alguien, para tener un futuro, para enseñarles a los hijos, para trabajar, etc. La duda que me asaltó fue si mi práctica docente les servía para lo que ellos esperaban. Me quedan dudas.
En el contexto de las doctrinas filosóficas debo decir que como sucede con los enfoques pedagógicos no somos puros, es decir, no somos únicamente constructivistas o conductistas. Nuestras acciones toman base de uno y de otro. Lo mismo sucede, creo, con las doctrinas filosóficas: cada uno terminamos por ser una mezcla de un poquito de uno y un poquito de otro.
El positivismo parte del hecho medible, demostrable (Pastor, 2010). Somos positivistas en clase cuando solo creemos en nuestra evaluación, en nuestra calificación, en nuestro trabajo, en el trabajo del estudiante, en su comportamiento y lo que se puede y no se puede hacer. La escuela está llena de hechos y por lo tanto está llena de elementos para evaluar y condesar hechos. No digo que sea malo, digo que como consecuencia dejamos ese lado que no se ve a un lado. Nos importa más la conducta que el sentimiento. Formamos mentes, no corazones. Esperamos buenas conductas, no buenos ideales.
El utilitarismo, que sigue la línea positivista, me deja muchas más preguntas. ¿Es útil la escuela? ¿El útil la educación? ¿Sirve de algo? Todos diremos que sí. Pero los corruptos de nuestro país que han robado miles de millones de pesos, han salido de las mejores universidades. Algo nos está pasando.
El utilitarismo afirma que las acciones humanas deben llevar al ser humano a la felicidad (Pastor, 2010. Pág. 177) . ¿Es la educación una acción que nos lleve a la felicidad? ¿Qué le pasó a la escuela? ¿En qué momento la educación se convirtió en una carga, para estudiantes y docente, y dejó a un lado la búsqueda del placer, del placer cognitivo. Si las acciones que nos generan felicidad son las acciones útiles. La educación es inútil.
Ahora bien, el utilitarismo afirma que la finalidad de las acciones es lograr la felicidad para el mayor número de personas. ¿De qué manera la educación puede ser denominada como una acción útil? ¿Es la educación útil para quienes participan en ella? ¿Es la educación útil para nosotros?
Si de algo nos debe servir la filosofía es para hacernos preguntas.
John Anzola.